Bahía de Halong en el inminente amanecer
- Bordo viajes
- 30 ago 2018
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 1 nov 2018

Antes del amanecer fui a la clase de Tai-Chi: una buena manera de empezar el día, meditando en silencio mientras el barco se balanceaba suavemente en esa cerrada y aterciopelada oscuridad que, apenas, permitía distinguir el agua del cielo.
Pasadas las seis el sol comenzó a asomarse entre los morros y tuve la sensación de que estaban abandonando el mar, para iniciar un viaje hacia las últimas estrellas tardías de la madrugada. Era el inicio del gran espectáculo, así que abandoné la clase para sacar fotos del sol cada vez más grande, en ese paisaje rebosante de quietud, silencio, paz y una temperatura perfecta, sin viento, sin humedad…
Naturaleza en estado puro. Fuera del tiempo.
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